Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Latinoamérica y el Caribe alrededor de 59 millones de personas viven en una vivienda inadecuada, o sea, una de cada tres familias carece de una vivienda o está construida inadecuadamente. Si bien el déficit cuantitativo para Chile es una de las menores cifras, es preocupante el déficit cualitativo.
Según la encuesta CASEN (encuesta que mide la situación de pobreza en Chile), el Ministerio de Vivienda del Estado de Chile informa en el documento “Cuenta Pública 2016” que en el año 2016 tuvimos:
- Déficit cuantitativo: 459.347 viviendas.
- Déficit cualitativo: 1.247.890 viviendas que deben ser ampliadas o mejoradas.
En términos habitacionales, el déficit cualitativo es generado principalmente, por viviendas muy pequeñas y por baja calidad de la construcción, además de inseguridad de la población en algunos barrios no integrados a los beneficios de la ciudad, hacinamiento sobre todo en vivienda de arrendamiento a migrantes.
La problemática del déficit cuantitativo en el sector en situación más vulnerable se da en asentamientos informales y/o situados en lugares de riesgo, se enfrentan a un proceso complejo de subsidio estatal, con difícil acceso a terrenos de un costo altísimo que impide soluciones con una ubicación razonable.
Se agudizan estos problemas para familias allegadas, con enfermedades catastróficas o con impedimentos y discapacidades, tercera edad, migrantes y familias de pueblos originarios alejadas de los principales centros urbanos.